Me desperté, era yo, me miré al espejo y vi a otra persona que no era yo, no me desesperé, pensé seguro que es un sueño ya despertaré. Me iba a dormir y soñaba. En ese sueño soñé que tenía miedos, soñé que tenía fantasmas muy grandes dentro de mi pequeño mundo y al despertar me miré al espejo y me confundí, no sabía si dormía o estaba despierta así que decidí marcar la diferencia entre ese yo que se miraba al espejo y no se reconocía y el otro yo, el que soñaba que soñaba, a la imagen del espejo le pasé tijera le deflequé el pelo, al yo que soñaba que tenía miedos y fantasmas se lo teñí de colorado, entonces así podría al fin diferenciarlos.
La sorpresa fue grande cuando a las 9 de la mañana me levanté adormilada y caminé sonámbula al baño, agarré mi cepillo de dientes, le puse pasta y levanté los ojos... me miré y pegué un grito casi un alarido, tenía frente a mi la imagen de una mujer con los pelos deflecados y teñido de rojo furioso...
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